No obstante el manejo de la política fiscal Colombiana se caracterizo por la relajación o expansión en un periodo presidencial y luego la austeridad y contracción en el siguiente, reflejando así años de rápida expansión seguidos por años de crecimiento económico relativamente lento. Por otra parte los ingresos fiscales dependieron muchas veces del auge y colapso de las exportaciones, por esta causa a través del tiempo se trato de crear una base fiscal independiente del sector externo en cuanto a las finanzas publicas de los municipios estas se basaban en impuestos al consumo y en las bebidas y tabaco evidenciando un manejo centralizado de los impuestos.
Además las sucesivas reformas tributarias desde mediados del siglo no han logrado, del todo, corregir el déficit estructural sembrado en el país. Estas experiencias permiten acuñar un principio de economía política positiva que diría:
“Siempre será menos difícil elevar los impuestos que reducir los gastos o cambiar el contexto institucional dentro del cual estos se ejecutan.”
Esta es la principal razón por la cual siempre acaba teniendo más peso la parte Tributaria que la de gastos en todos los procesos de ajuste que se han intentado.
En cuanto a la inversión social por lo general se sigue creyendo que más gasto social es la ruta para reducir la pobreza y para mejorar la equidad. Se sigue actuando como si una infraestructura física que integre los mercados internos y facilite el acceso a los externos no fuese una de las prioridades más altas del país.
En conclusión se podría afirmar que el manejo de la política fiscal en Colombia fue bastante moderada y prudente con el objeto de hacer sostenible el déficit fiscal. Sin embargo se ha evidenciado que los recursos del estado se han destinado en su gran mayoría en la financiación de la deuda, en cuotas burocráticas, clientelismo político y sostenimiento de la institucionalidad dejando en un segundo plano la inversión social en sectores como el de la salud y educación componentes primordiales para lograr un estado de bienestar que conduzca al verdadero desarrollo económico de la nación. Para que esto se logre será necesaria una política neutral que fortalezca el crecimiento económico mediante el equilibrio del mercado interno y externo y para lograr esto tendremos que atender la mejora del trasporte y los puertos, eficiencia en la producción de energía y todo aquello que contribuya en reducir costos de producción sin olvidar el fortalecimiento del capital intelectual que es quien aplica los adelantos tecnológicos que hacen mucho mas competitiva nuestra economía y como ya mencionamos una economía en crecimiento facilita recaudar los ingresos necesarios para realizar las funciones que le ayuden al estado a cumplir los objetivos de una política fiscal basada en el equilibrio del gastos público y la inversión social.